jueves, 1 de noviembre de 2007

DA GRACIAS POR LA ESENCIA DE ESE CAOS


UN GESTO DE GRATITUD

El azar es la norma imprevisible.
Acata, pues, la norma.
Y cuida siempre
que juegue a tu favor la incertidumbre
que esa norma dispone, porque el rumbo
de una vida depende
de una conjugación leve y muy rápida
de rutina y misterio, de angustia y plenitud,
de esencias muy dispares que se mezclan
en el laboratorio mágico del tiempo.

Y si el tiempo es la suma
de una nube vacía y de un relámpago,
interpreta esa suma
desde la gratitud, porque has sido esa suma,
y algo eterno hay en ti y es sólo tuyo:
lo que has pensado,
aquello que tocaste con ansia o con terror,
la fórmula secreta de tu anhelo,
la memoria narcótica que sustenta y confirma
tu paso por un mundo fugitivo.

Nunca sabrás quién es quien se refleja
en tu espejo confuso.
Nunca verás su rostro verdadero,
porque todo consiste en un fluir,
y todo cuanto fluye es un enigma.

De cualquier forma,
da gracias por la esencia de ese caos.

Agradece lo extraño que es ya todo.

El tiempo es invencible,
pero no es más que tiempo:
un cambiante espejismo que sugiere
movimientos perpetuos de conciencia,
aunque todo es cambiante salvo tú:

el tiempo es sólo el nombre de un espectro.

El tiempo es lo que el tiempo nos destruye.

Felipe Benítez Reyes

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